No hay ninguna duda,
que no basta con rezar; no basta con orar; ni siquiera asistir religiosamente
los domingo a misa. No. No basta con eso. Para pertenecer a la familia de Dios,
para ser hijo de Dios y ser reconocido por el Señor como tal, necesariamente
debemos Dar Fruto. Y, es que la unión de la Oración con el acto de Dar Fruto,
forma la naturaleza divina del ser del creyente: esta conjunción permite
inexorablemente (a aquéllos que hagamos esto) que comulguemos e intimemos con
Dios.
Nosotros nada
inventamos (sólo nos inspira y deletrea el presente Artículo, El Espíritu
Santo, quién desde el fondo de nuestro corazón nos dicta este poemario
doctrinal) todo está impreso en el Libro Sagrado de La Biblia, Mateo 7, 19-20,
preceptúa: “Todo árbol que no da fruto, es cortado y echado en el fuego. Así
que por sus frutos lo conoceréis”. Igual tema es tratado en el evangelio de Jn.
15.6; en Lc. 3.9. y 13. 6.9. y Mt. 3.10.
¡Qué bueno! Teofilistas
e Ivedeistas, que ya sabemos la fórmula para comulgar e intimidar con Dios:
“Orad y dad frutos”, y Dios sentirá complacencia por todos nosotros. Amén, de
la Oración, creyentes del mundo:¡Comenzad ya a dar frutos para que no
perezcaís!. ¡Qué todo sea para la Gloria del mundo!
Las tres Máximas de
Milloque, son:
1ª.- Ten presente que
te quemarán … si tu fruto es ninguno.
2ª.- Quieres comulgar
con Dios … dad frutos por doquier.
3ª.- Recuerda que el
cielo … sólo acepta seres fructíferos.
EMILIO SANTANDER RUIZ
ALDANA
Autor y Creador de La
Iglesia Virtual de Dios (I.V.D.)
Nacido en Gaira,
Magdalena, Colombia. Abogado, escritor y poeta. Declaró a Gaira (Ciudadela
Bendita de Dios) como Zona Azul del mundo.
Gracias por leernos,
por favor haz aquí tu comentario y dinos tu parecer acerca del Artículo que
acabas de leer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por coparticipar con el propósito de la Iglesia.